El Consejo Director de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) aprobó en su última reunión del 25 de febrero el uso del total de 1,2 GHz (5.925-7.125 MHz) de la banda de 6 GHz para Wi-Fi en Brasil. La medida quedó plasmada mediante la propuesta de actualización del Acto N° 14.448/2017 de Requisitos Técnicos para la Evaluación de la Conformidad de Equipos de Radiocomunicaciones de Radiación Restringida.
Un estudio reciente de la consultora Coleago[1], con sede en Londres, concluyó que São Paulo -uno de los centros urbanos más grandes y densamente poblados del mundo- necesitaría al menos 700 MHz en 6 GHz para 5G. En ciertos escenarios, la ciudad necesitaría toda la banda: 1,2 GHz de espectro.
La GSMA considera que la decisión es prematura y podría perjudicar el desarrollo de las redes 5G en el país a mediano y largo plazo, al impactar negativamente sobre la capacidad de expansión de la cobertura, la calidad de los servicios, el precio final al usuario y la materialización de las capacidades de la quinta generación.
Con espectro suficiente, el 5G no solo ofrece velocidades más altas que cualquier servicio inalámbrico, sino también privacidad y seguridad superiores. Los usuarios pueden confiar en servicios 5G para acceder a internet sin necesidad de conectarse a redes desconocidas y no seguras. El Wi-Fi offloading está en declive en los mercados de telecomunicaciones más desarrollados, y Brasil no es la excepción. La actualización del Acto nº 14.448 no es fácilmente reversible debido al carácter no especializado de la instalación de dispositivos Wi-Fi. Por lo tanto, la disponibilización sin precedentes de 1.200 MHz en bandas medias para un servicio puede resultar ineficaz y, como consecuencia, perjudicial para el futuro del 5G.
Además, Brasil tiene en la banda de 6 GHz más de 20.000 enlaces de backhaul que brindan conectividad, por ejemplo, a zonas rurales para satisfacer las necesidades básicas de las telecomunicaciones de alta velocidad. Este servicio tan importante, no solo para los operadores, corre el riesgo de sufrir interferencias. Hasta el momento, la decisión de Anatel no ha sido respaldada con estudios, análisis o pruebas que demuestren que el Wi-Fi puede coexistir con el backhaul.
El proceso seguido por Anatel, que culminó la semana pasada con la decisión del Directorio, podría haber cursado un camino más transparente. La primera consulta pública (N° 47/19) no tuvo por objetivo aprobar el uso de Wi-Fi en 6 GHz. Sin embargo, la propuesta de consulta pública N° 82/20, que trataba la actualización de los requisitos técnicos, ya incorporaba a Wi-Fi en los 1,2 GHz como legado del proceso anterior. Por lo tanto, el uso de la banda de 6 GHz debería haber sido objeto de un debate formal, mediante el análisis de impacto regulatorio y la consulta pública, considerando también la demanda de espectro para el 5G con licencia.
Desde el primer momento, la GSMA apoyó un enfoque equilibrado para la banda de 6 GHz en Brasil, con la banda de 5925-6425 MHz en discusión para uso sin licencia, en caso de haber necesidad, y manteniendo la banda de 6425-7125 MHz disponible para el 5G con licencia. La GSMA, en representación de sus miembros, continuará participando del debate de estos temas a nivel mundial con el fin de garantizar espectro suficiente para el desarrollo del 5G, incluso en la banda de 6 GHz.
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Florencia Bianco
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[1] The 6 GHz opportunity for IMT, Coleago, 2020.