Centroamérica está atrasada en la adopción y despliegue de banda ancha móvil. Es necesario promover estructuras de mercado que fomenten la intensidad de la competencia en inversión e innovación, contemplando a todo el ecosistema digital.
En los últimos 15 años, la adopción y despliegue de la banda ancha móvil en Centroamérica ha sufrido un rezago con respecto al resto de América Latina. Esto se manifestó́ especialmente en 3G y también se traslada, y de forma aún más intensa, al despliegue de 4G. Actualmente, en promedio, en los países de Sudamérica las conexiones 4G representan un 30% de todas las conexiones y hay aproximadamente un 70% de cobertura poblacional. Estas cifras son tan solo 5% y 35% respectivamente, en Centroamérica. Esto supone una problemática teniendo en cuenta cómo los nuevos ciclos tecnológicos llevan mejores y nuevos servicios, a costos inferiores.
Frente a este atraso, las autoridades deberían buscar crear un entorno que promueva la inversión y la innovación. Para ello, las estructuras de los mercados deben proveer a los operadores de capacidad e incentivos para invertir, y así alcanzar competencia más intensa, la cual se verá́ a su vez estimulada por la oferta de otros actores convergentes. Esto requiere promover jugadores que cuenten con una escala apropiada, fuerte músculo financiero, retornos a la inversión y una mayor eficiencia en el uso del espectro.
Existen tres ejes de recomendaciones de políticas que este estudio concluye:
- Los procesos de control de fusiones deberían considerar cómo las eficiencias pueden incentivar las capacidades competitivas de los jugadores, utilizando criterios de análisis apropiados.
- Aún existen una serie de regulaciones minoristas y mayoristas, que reducen la capacidad de los operadores para competir.
- La regulación de espectro debería promover un uso eficiente, asignando cantidades suficientes, bloques amplios y espectro en bandas altas y bajas.