3.5 GHz: 7 pasos para liberar un rango clave para el éxito del 5G

Un nuevo estudio de GSMA Intelligence revela que el 65% del impacto esperado del 5G en el PIB mundial provendrá del espectro en bandas medias. Según el análisis, la contribución del 5G a la economía global será de 960.000 millones de dólares en 2030, siendo las bandas medias responsables por USD 610.000 millones. En América Latina, el impacto esperado de estas bandas es de USD 41.000 millones.

¿Por qué es tan valioso este espectro? Las bandas medias son el pilar del aumento de capacidad que requieren las aplicaciones 5G más prometedoras. Se prevé que casi el 40% del impacto de las bandas medias sea generado en el sector manufacturero. 5G tiene características diferenciales, como ultra-alta velocidad, latencia reducida y conectividad masiva de dispositivos, que pueden facilitar y mejorar los procesos de fabricación industrial. La realidad extendida (virtual y aumentada), por ejemplo, puede ayudar a ver en detalle modelaciones de maquinaria compleja a fines de mejorar los procesos de mantenimiento, reparación y capacitación de la fuerza de trabajo. Una combinación de IoT y Big Data, habilitadas por redes 5G, puede ser una gran aliada en el mantenimiento predictivo; al igual que la visión artificial para la gestión de plantas. Se espera también que el sector de los servicios, incluidos salud y educación, capture los grandes beneficios del 5G en bandas medias. La administración pública completa la lista de verticales más beneficiados.

Dentro de las bandas medias, el rango de 3.5 GHz ya es la banda pionera en la mayoría de los países, y cuenta con el mayor ecosistema de equipos y los dispositivos más asequibles. Por eso, se considera el punto de partida para el lanzamiento de los servicios de quinta generación. Disponibilizar este espectro, en tiempo oportuno y bajo las condiciones correctas, es clave para el éxito de la nueva tecnología. Algunos países de América Latina ya han comenzado o completado este proceso, entre ellos Brasil, Chile, República Dominicana y México.

En general, parte del rango se encuentra ocupado, principalmente, por los servicios fijo y fijo por satélite. Por eso, existen desafíos regulatorios y técnicos a considerar para liberar el rango. No abordarlos a tiempo puede demorar o reducir el potencial transformador del 5G.

A continuación, se presentan 7 pasos para la liberación del rango 3.5 GHz:

  1. Revisar las atribuciones y asignaciones actuales. De ser necesario, modificar la tabla de asignación de frecuencias nacional y reservar el rango 3,3-3,8 GHz para servicios IMT.
  2. Examinar la ocupación actual y el uso efectivo. Es necesario comprender quién está ocupando el rango y cuánto está usando, confirmar la legalidad del uso actual y revisar las fechas de expiración de las licencias existentes. Una vez realizado el análisis, se deben promover procesos de consulta con todas las partes interesadas para acordar un camino específico a seguir, considerando que, en principio, se requiere liberar al menos 300-400 MHz.
  3. Notificar a los titulares sobre las medidas y sus plazos para evitar interferencias. Otras industrias (por ejemplo, satélites y defensa) pueden tener que devolver el espectro que no está en uso, actualizando el marco regulatorio, cuando sea necesario. Es necesario elegir la mejor estrategia de migración/coexistencia para cada caso específico: plan de incentivos, obligatorio, de coexistencia y/o según las fechas de caducidad de las licencias. La migración de los servicios TVRO a la banda Ku llevada adelante en el marco de la subasta 5G en Brasil es un buen caso de referencia.
  4. Ejecutar arreglos de sincronización TDD, coordinación y sincronización transfronteriza. Hay que considerar los posibles problemas de interferencia sobre la base de los estudios existentes y las estrategias de migración de los usuarios actuales, así como evaluar el requisito de sincronización TDD entre licenciatarios. Las acciones en esta etapa incluyen coordinar la hoja de ruta transfronteriza, comunicar los resultados al mercado y, dependiendo de la organización del mercado, regular o crear un foro para la sincronización y la evitación de interferencias.
  5. Definir los objetivos de la adjudicación del espectro. Las subastas diseñadas para maximizar los ingresos públicos pueden perjudicar gravemente a los usuarios. En las puertas de la revolución 5G, más que nunca, el espectro debe ser pensado como una herramienta de inclusión e innovación, no de recaudación. Llevar adelante consultas abiertas antes del proceso de asignación es un factor de éxito clave. El mecanismo definido debe asegurar un bloque mínimo de 80-100 MHz por operador, garantizando contigüidad. Es interesante el reciente caso de Brasil, en el que más del 90% del valor de la subasta fue al despliegue.
  6. Diseñar el proceso de adjudicación y sus condiciones. Las licencias nacionales exclusivas deben seguir siendo el principal enfoque de adjudicación de licencias de espectro 5G para el rango 3,3 a 3,8 GHz. Un diseño eficiente debe considerar un plan de pagos asequibles y orientados a la inversión. Las acciones recomendadas incluyen considerar obligaciones de cobertura como un descuento en el precio de reserva, y a la inversión en despliegue de redes como sustituto del pago en efectivo por adelantado de las tarifas del espectro. En términos de duración de licencias, períodos más largos (idealmente 20 años o más), con la presunción de renovación, ofrecen mayor certidumbre para las inversiones.
  7. Lanzar el proceso de adjudicación de espectro en el rango de 3.5 GHz. Se debe definir y comunicar (mediante consultas públicas) la hoja de ruta del espectro a corto y largo plazo para 5G en todo el rango. Reservar espectro para el uso de verticales en bandas prioritarias como esta podría poner riesgo el éxito de los servicios 5G así como desperdiciar valioso espectro. Los enfoques compartidos, como el leasing, son una mejor opción cuando las verticales requieren acceso al espectro.

Asegurar el rango de 3.5 GHz es necesario, pero no suficiente. Se estima que 5G necesitará 2 GHz de espectro de bandas medias durante la próxima década para materializar las especificaciones IMT-2020 de la UIT. Para cubrir esta demanda serán necesarias otras bandas, como la de 6 GHz. Además, el 5G también requiere espectro en bandas bajas (por debajo de 1 GHz) y altas (incluyendo las bandas milimétricas por encima de 24 GHz). Cada uno de estos tipos de bandas soportan casos de uso diferentes. Cada uno es una pieza crucial del éxito del 5G. Solo los países con buenas políticas de espectro serán capaces de explotar el potencial transformador de la nueva tecnología y ser líderes en el nuevo mapa de la economía digital.

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