La carga tributaria en Brasil para las Telecomunicaciones es una de las más altas del mundo. El propio Ministro de Comunicaciones de Brasil, Paulo Bernardo, reconoció recientemente este hecho en una entrevista periodística. Reproducimos aquí una editorial, publicada en “O Estado de São Paulo” el 25 de mayo de 2012, que analiza muy bien este tema.
Todos saben que el servicio de telecomunicaciones en Brasil es caro. La noticia es que el Ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo, haya admitido que los impuestos que afectan al sector son “un escándalo” durante una entrevista con Eduardo Rodrigues y Anne Warth en “O Estado de São Paulo” el domingo pasado.
Brasil ocupa el tercer lugar entre los países donde el costo de las telecomunicaciones es más elevado, abajo apenas de Turquía y Uganda, según un estudio de la Asociación GSM de 50 naciones en desarrollo.
La carga tributaria es el principal enemigo y en ella inciden la Contribución para el Financiamiento de la Seguridad Social (Cofins), con 3% de la ganancia bruta de las empresas de telecomunicaciones; PIS-Pasep, con 0,65%; el Impuesto sobre Circulación de Mercaderías y Servicios (ICMS), con por lo menos 25% dependiendo del estado donde se presta el servicio; el Fondo de Universalización de Servicios de Telecomunicaciones (Fust), con 1%; y 0,5% del Fondo para el Desarrollo Tecnológico de las Comunicaciones (Funttel). El total es de 30,15% en promedio de los ingresos brutos del sector, pero corresponde a 42,16% de los ingresos netos de las empresas.
Y todavía falta la Tasa de Fiscalización (Fistel). En Estados como Alagoas, Bahia, Ceará, Maranhão, Rio Grande do Norte y Sergipe, la alícuota del ICMS es de 27%, oscilando entre los 28% y 30% en los Estados de Pernambuco, Goiás, Mato Grosso do Sul, Paraná, Mato Grosso, Pará, Rio de Janeiro, Paraíba y Amazonas – que cobraba un ICMS de 25% este mes pero elevó la alícuota a 30%. El campeón absoluto es Rondônia, donde el ICMS sobre las telecomunicaciones es de 35%.
Las telecomunicaciones son una de las principales fuentes de ingresos de los Estados, al lado del ICMS sobre la energía eléctrica, combustibles, bebidas y automóviles. Es fácil de cobrar, ya que el impuesto es recogido por un pequeño número de empresas. El consumidor “no lo percibe”, dijo el Ministro.
Esporádicamente, se presentan propuestas al Congreso para reducir estos impuestos, pero no prosperan. El economista Luiz Guilherme Schymura, ex-Presidente de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) durante el Gobierno de Fernando Henrique Cardoso, solía decir que la carga tributaria creaba una “deficiencia colosal” en el sector.
Con la mayoría que dispone en el Congreso, la Presidente Dilma Rousseff puede proponer – y obtener – una reducción en los impuestos. Viene prometiendo hacer eso en el área de energía eléctrica. En Ministro de Comunicaciones sugiere limitar la alícuota de ICMS a 25%, que ya se cobra en 11 Estados entre los cuales están Minas Gerais, Rio Grande do Sul, Santa Catarina y São Paulo.
«Podemos hacer un plan e ir poco a poco aliviando, no quiero desequilibrar las finanzas de nadie», dijo. No faltan argumentos para reducir los impuestos federales, ya que sobran recursos del Fust, Funttel y Fistel. Eso significa que el Gobierno use parte del dinero recaudado para alcanzar el superávit primario de las cuentas públicas de un 3,1% del Producto Interno Bruto, como se comprometió.
El alto costo de las telecomunicaciones también se debe a distorsiones como las tarifas elevadísimas del servicio prepago. Mientras en un celular postpago un cliente gasta R$ 54,33 para hablar durante 100 minutos, en prepago ese valor es de R$ 135,37. La carga tributaria, en esos casos, es de R$23,36 y R$58,20, respectivamente.
El costo principal es la llamada tarifa de interconexión – o sea, la remuneración pagada al operador de telefonía que recibió la llamada. En general, los clientes de celulares prepagos sólo reciben enlaces. Como notó el Ministro, las compañías habilitan tienen que no tienen dinero para comprar los créditos para hacer llamadas, pero el enlace lo paga la persona que originó la llamada.
El Ministro Paulo Bernardo afirmó: “Si bajamos los impuestos, el mercado crecerá 250% en vez del 130% que creció en los últimos 15 meses, va a explotar”. La afirmación ya tuvo verificaciones prácticas y se aplica no sólo a las telecomunicaciones sino a casi todas las actividades. Si las empresas facturan más, la recaudación no será afectada por más que las alícuotas de los tributos sean menores.