El Banco Mundial, WEF, la GSMA y la UIT acordaron un Plan de Acción Conjunta en respuesta al COVID-19

Las organizaciones definieron 5 objetivos clave para aprovechar el poder de las tecnologías digitales en beneficio de la humanidad, y describieron medidas concretas para guiar a los gobiernos y reguladores durante la crisis.

“En esta lucha sin precedentes contra el COVID-19, las tecnologías digitales ofrecen la única oportunidad para gobiernos, individuos y empresas para hacer frente al distanciamiento social, garantizar la continuidad del negocio y prevenir interrupciones de servicios”. Así comienza el Plan de Acción Conjunta en respuesta al COVID-19 presentado esta semana por el Banco Mundial, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la GSMA y el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). El documento, elaborado tras un diálogo con ministros de Finanzas y TIC, autoridades regulatorias y CEOs de compañías de telecomunicaciones y tecnología de todo el mundo, tiene por objetivo servir como guía de mejores prácticas para autoridades durante la situación de emergencia.

Las organizaciones señalan que es el momento de una colaboración acelerada entre el sector público y privado para responder a la crisis. La meta es garantizar que las redes estén bien equipadas para manejar un aumento exponencial del tráfico digital, pero también ayudar a los países a proteger sus capacidades e infraestructura digital para el futuro y garantizar el acceso a servicios digitales para las poblaciones más vulnerables. “El acceso a banda ancha asequible y confiable es el sustento vital de nuestras economías”, afirman.

El plan de acción plantea cinco objetivos:

  1. Aumentar el ancho de banda, fortalecer la resiliencia y la seguridad de las redes y administrar la congestión.
    • En muchos países, los operadores móviles están experimentando un aumento de tráfico sin precedentes. En general, las redes están funcionando de manera sólida y satisfacen las necesidades actuales. Sin embargo, algunas medidas temporales, como proporcionar flexibilidad y certidumbre regulatoria para que los operadores administren el tráfico y parámetros de calidad de servicios, podrían ayudar a aliviar la presión. Esto asegurará la capacidad de recuperación de la red y el acceso pleno a servicios por consumidores y empresas.
    • Los gobiernos deberían abordar rápidamente el desarrollo de planes de telecomunicaciones de contingencia y emergencia, utilizando las directrices de la UIT para desarrollar planes de telecomunicaciones nacionales de emergencia (NETP), a través de un enfoque de múltiples partes interesadas a nivel nacional o local. Esto incluirá el uso de redes de telecomunicaciones para entregar alertas tempranas a los usuarios finales.
  2. Conectar servicios vitales y garantizar la continuidad de los servicios públicos para salvaguardar el bienestar de los ciudadanos.
    • Muchos países no tienen la capacidad de convertir lo digital en la «nueva normalidad» para el trabajo, la escuela y servicios del gobierno, y corren el riesgo de quedarse más atrás si la crisis se expande o se repite.
    • Mientras algunos operadores están ofreciendo voluntariamente soluciones como opciones de pago flexibles y el levantamiento de límites de datos a aquellos que enfrentan repentinamente dificultades financieras; ellos mismos están sujetos a restricciones regulatorias, impuestos y tasas que afectan profundamente el costo de prestación de servicios. Esto requiere medidas especiales para aliviar la presión financiera sobre los operadores, minimizar los problemas de liquidez a corto plazo y mejorar la asequibilidad para el usuario final.
    • En una emergencia sanitaria global, la conectividad en centros de salud y hospitales tiene absoluta prioridad, al permitir servicios como el diagnóstico remoto y la telemedicina. Se espera que las regulaciones en algunos mercados se relajen para que los operadores puedan garantizar prioridad en la conectividad para los servicios de emergencia.
  3. Potenciar el FinTech y los modelos de negocios digitales para apoyar a las empresas y comunidades más afectadas.
    • Las economías dependen cada vez más del FinTech y servicios financieros digitales para mantenerse a flote, y la demanda de servicios como pagos móviles y digitales, plataformas de teletrabajo, entrega de alimentos y comercio electrónico crecerá exponencialmente.
    • Los gobiernos y los operadores deberían considerar nuevos enfoques o modelos de negocio adaptables para facilitar la implementación de estos servicios.
  4. Promover la confianza, la seguridad y la protección en línea.
    • El número de estudiantes que no asisten a la escuela y necesitan de la educación a distancia y entornos seguros para aprender y comunicarse insta a los gobiernos a definir programas y soluciones innovadoras para llegar a los niños y probar qué tan preparadas están sus habilidades digitales.
    • Dadas las crecientes amenazas de ciberseguridad dirigidas a centros de salud, redes de telecomunicaciones y servicios críticos de infraestructura, los gobiernos deberían mejorar sus capacidades de ciberseguridad a través de los Equipos Nacionales de Respuesta a Incidentes Informáticos (CIRT), planes nacionales de ciberseguridad y la cooperación público-privada, entre otras vías.
  5. Impulsar el poder del big data móvil.
    • El big data móvil y la inteligencia artificial (IA) pueden tener un papel clave en el monitoreo y contención de brotes de enfermedades.
    • La información precisa y actualizada sobre patrones de movilidad agregados y anonimizados puede ser útil para monitorear, predecir brotes y planificar futuras necesidades de recursos tales como kits de testeo, camas, personal médico o equipamiento. Medidas apropiadas de privacidad y ética deben ser cuidadosamente consideradas en todo momento.

Además de abordar las necesidades inmediatas durante el COVID-19, el plan de acción exige un «nuevo sentido de urgencia» para abordar la agenda de inclusión digital de los gobiernos de todo el mundo. Se necesita una acción gubernamental concertada, en consulta con la industria TIC, para lograr el acceso a banda ancha universal, asequible y de calidad, y movilizar el financiamiento privado para invertir en la inclusión digital.

Pueden descargar el Plan de Acción, que propone una secuencia de actividades para el inmediato (0-3 meses) y corto (3-6 meses) plazo, aquí.

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