La economía de las aplicaciones móviles ha experimentado importantes cambios de dominio en los últimos años. Los operadores móviles tradicionales (MNOs, por sus siglas en inglés), solían ser los dueños de toda la cadena de valor. La llegada de los teléfonos más inteligentes disminuyó en gran medida la barrera de entrada para nuevos actores que establecen ecosistemas basados en aplicaciones. Cualquier actor del mercado puede ofrecer sus recursos (datos, funcionalidad o recursos informáticos) a estos ecosistemas a través del concepto de Interfaz de Programación de Aplicaciones (API, por sus siglas en inglés) y de esta manera aportar un valor agregado al ecosistema..